Tras el estallido social de 2019, fueron claves en la apertura del proceso constituyente y en el triunfo electoral del presidente. Ahora esperan del nuevo Gobierno una importante agenda de reformas, pero son conscientes de la minoría oficialista en el Congreso.
Claves en el triunfo electoral de Gabriel Boric, los movimientos sociales y feministas de Chile esperan del nuevo Gobierno una importante agenda de reformas, pero -conscientes de la minoría oficialista en el Congreso- desean ante todo un firme apoyo gubernamental al proceso constituyente para poder adoptar cambios estructurales en el país.
Tras el estallido social de 2019, las organizaciones sociales y el feminismo, en particular, lograron abrir no sólo un proceso constituyente en Chile, sino también aupar al poder a un nuevo mandatario progresista, que contó con el respaldo del 55,6% del electorado, el más importante del país desde la instalación del voto voluntario en 2012.
Contundente fue, además, el apoyo de las mujeres menores de 30 años, de las cuales un 68% votó por Boric.
“Sabíamos que estaba en juego, en primer lugar, nuestra vida: la de las mujeres, la de las disidencias sexuales de género, la de los sectores populares y la de los más empobrecidos. Pero también sabíamos que estaba en juego el proceso constituyente”, dijo a Télam Alondra Carrillo, constituyente y vocera de la Coordinadora Feminista 8M.
Entre los principales reclamos, los colectivos sociales destacan el efectuar una reforma del sistema previsional, potenciar el sistema de salud pública y la desprivatización del agua, que no está garantizada como derecho humano.
Según Carrillo, las condiciones de implementación de la nueva Constitución son “mucho más que un programa de Gobierno”, ya que a su juicio trazan “las coordenadas de reorganización del poder” en Chile.
El respaldo del nuevo Ejecutivo a la Convención Constituyente es también un elemento clave para la feminista y directora de Corporación Humanas, Mariela Infante Erazo, quien calificó a este proceso como “la puerta de entrada” para efectuar los cambios estructurales que “erradiquen las formas de exclusión existentes en el país”.
Desde las organizaciones sociales, Manuela Royo, constituyente por el movimiento por la defensa del agua Modatima, señaló a Télam que esperan que el Gobierno de Boric “sea consecuente” y apoye el trabajo de la Convención Constitucional y, al mismo tiempo, siente las bases para que exista un “Estado social de derecho”, que deje atrás los “mensajes autoritarios” de la actual carta magna pinochetista.
“Y que lo haga consagrando y asegurando políticas públicas en consonancia con un ordenamiento jurídico mucho más democrático y basado en los derechos sociales”, agregó.
Los principales reclamos
Entre los principales reclamos de los colectivos sociales, destacan el efectuar una reforma del sistema previsional -la jubilación mínima se encuentra actualmente bajo la línea de pobreza-, potenciar el sistema de salud pública -que tiene enormes desigualdades con la salud privada- y la desprivatización del agua, que no está garantizada como derecho humano pese a la aguda crisis hídrica que sufre el país.
También la promesa de reducir la jornada laboral a 40 horas semanales es importante para los barrios populares de las afueras de Santiago, afirmó a Télam el dirigente social de la comuna La Pintana Freddy Campos, quien explicó que los trabajadores de las zonas periféricas pierden al menos cuatro horas por día en el traslado a sus empleos en la capital.
Desde el feminismo, en tanto, esperan que el nuevo Gobierno avance en cuestiones clave de la agenda del movimiento, como la legalización del aborto, y asuma su compromiso de instalar un sistema nacional de cuidados que permita un cambio de paradigma con una mayor autonomía económica de las mujeres, cuya inserción laboral retrocedió una década en estos dos años de pandemia en Chile.
Los cambios, “con gradualidad”
Si bien estas demandas estaban incluidas en el programa electoral de Boric, la posterior configuración del Congreso, en la que el oficialismo es minoría, llevaron a decir al presidente electo que su Gobierno introducirá los cambios “con gradualidad y responsabilidad fiscal”.
Un aspecto del que son conscientes las organizaciones sociales.
“Los cambios no van a ser inmediatos, pero lo importante es que dentro de los cuatro años el programa de Boric se cumpla y no sólo en un 40% como lo hizo Sebastián Piñera. Nosotros esperamos mucho más que eso”, admitió Campos.
“Los cambios no van a ser inmediatos, pero lo importante es que dentro de los cuatro años el programa de Boric se cumpla y no sólo en un 40% como lo hizo Sebastián Piñera. Nosotros esperamos mucho más que eso”Freddy Campos
También Olga Barrios, una histórica dirigente feminista del Sur chileno, afirmó que no pueden “pedir algo que no es posible”.
“Hay mucha esperanza, pero también hay que tener mucho cuidado porque las expectativas no se pueden cumplir de inmediato”, dijo a Télam Barrios, integrante de la Corporación Mujeres Siglo XXI, quien se dijo “tranquila” ante la voluntad de un Gobierno que se autodenomina como “feminista”, si bien advirtió que deben permanecer “vigilantes”.
Transversalizar el enfoque de género
El hecho de que el Ministerio de la Mujer pase a integrar el comité político del próximo Gobierno es una “señal relevante” para las feministas, que ven con buenos ojos la intención de transversalizar el enfoque de género en todas las políticas públicas.
Además, el gabinete anunciado por Boric, compuesto por 10 ministros y 14 ministras -muchas de las cuales son feministas-, ha entusiasmado al colectivo.
“Creemos que va significar un cambio cualitativo importante en la toma de decisiones y eso nos pone felices a la expectativa, pero también somos súper cuidadosas en tener claro que nuestro rol está en la otra vereda, en vigilar a los poderes del Estado para que cumplan con sus obligaciones“, expresó Infante.
La composición del nuevo gabinete generó, sin embargo, cierta decepción en los movimientos sociales por estar integrado principalmente por partidos tradicionales, algo que para Royo fue un “guiño importante” hacia sectores de la “política antigua”, más vinculados al liberalismo.
También Campos consideró que si eligieron a Boric fue porque ya no confían en los partidos tradicionales, pero precisó que entienden que este gabinete más “hacia el centro” sea necesario para conseguir los votos en el Congreso para aprobar los cambios profundos a los que aspiran.
La constituyente de Modatima, por su parte, saludó que algunos compañeros integren delegaciones gubernamentales, aunque precisó que el objetivo de los movimientos sociales no es gobernar el país.
“Tenemos que ser considerados, pero no somos lo mismo y nos importa también mantener nuestra autonomía y la transformación que viene desde los territorios y otras perspectivas“, expresó.
Tanto los movimientos sociales como los colectivos feministas consultados coincidieron en que la movilización ciudadana seguirá siendo clave para implementar cambios transformadores en el país.
“Salir a las calles es la herramienta que siempre va a estar. El estallido social le demostró a Chile que cuando se unen las demandas, se escucha al pueblo. Si se sale por separado nuevamente, difícilmente podremos generar algún cambio”, concluyó el dirigente social de La Pintana.