El 72% de las mujeres privadas de libertad declara haber sido víctima de algún tipo de violencia física, verbal o sexual de parte de sus parejas. Son múltiples las violencias que atraviesan estas mujeres, que ahora bajo el cuidado del Estado, continúan siendo vulneradas. ¿Quién se está haciendo cargo y cómo puedo ayudar? Aquí te contamos.
En esta semana conmemorativa, a propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, organizaciones feministas han trabajado para la visibilización de las distintas problemáticas entorno a este tema. Las mujeres que están privadas de libertad son un grupo especialmente vulnerado, y de diversas formas: antes y durante la cárcel.
En Chile hay cerca de 3.000 mujeres en el sistema penitenciario cerrado. De este grupo son muchas las que han sufrido algún tipo de violencia. El 62% reporta algún tipo de maltrato en la infancia. Además, el 72% declara haber sido víctima de algún tipo de violencia física, verbal o sexual de parte de sus parejas. Esto según el estudio Encarcelamiento femenino en Chile: Calidad de vida penitenciaria y necesidades de intervención.
“Estamos hablando en general de mujeres pobres, de mujeres madres que además están privadas de libertad en un sistema penitenciario que está pensado por y para hombres y que por tanto es doblemente falente en términos de protección de derechos humanos de las mujeres”, expresa Constanza Schonhaut de Corporación Humanas.
Mujeres privadas de libertad
Muchas de estas mujeres vivieron entre la pobreza y la vulneración de una infancia protegida. El 36% pasó por centros de internación provisoria del SENAME durante la adolescencia. Mientras que los delitos por los que son procesadas en su mayoría se caracterizan por ser no violentos. Estos son drogas (32%), robos (22%) y hurtos (14%), según el Informe anual de Carabineros de Chile del 2018.
Pero son este tipo de delitos los que el sistema judicial considera como “Delitos de Mayor Connotación Social” y con ello, aumentan las penas y la criminalización de las mujeres. Lo que tiene directa relación en cómo se ven fracturados cientos de grupos familiares, puesto que el 70% de las mujeres que ingresa a la cárcel cumplían el rol de sostenedora del hogar según Fundación Kalen.
“Un sistema que omite del todo que las mujeres cumplen un rol fundamental en la cadena de los cuidados, de la sostenibilidad de la vida, y que las mujeres privadas de libertad es algo que impacta fundamentalmente en el resto de sus familias o redes cercanas”. Agregó la representante de Corporación Humanas, agrupación que estima que 400 mil menores tienen a uno o los dos padres dentro de la cárcel.
La pandemia dentro de la cárcel
Tras el Covid-19 las problemáticas al interior de la cárcel solo se agudizaron. Probablemente este año fue una dura experiencia para muchos estando confinados en sus casas. Además, por lo complejo del contexto, los índices de depresión y otros trastornos psiquiátricos afloraron.
Estando encerradas día y noche, en cubículos sobrepoblados, con condiciones insalubres y dependencias paupérrimas, la emergencia sanitaria era aún peor para la población penal. Quienes además en lo que va de pandemia han visto impedida la posibilidad de recibir visitas o realizar llamadas telefónicas a familiares. Como vienen exigiendo desde hace semanas sin recibir respuesta de Gendarmería ni del Gobierno.
El arte de mujeres privadas de libertad
“Hay un montón de situaciones de violencia, consumo, abandono, desde que son pequeñas. Hay todo un contexto que arrastra a este último eslabón de las violencias, como lo es la cárcel”. Así afirmó Myr Chávez, representante de Pajarxentrepuas. Una de las organizaciones que trabaja junto a mujeres privadas de libertad, especialmente realizando instancias culturales al interior de los centros.
“Nosotras con el arte lo que tratamos de hacer es que se sigan vinculando con la comunidad. Cada obra que se hace en contexto de encierro después las sacamos a la calle y ahí tratamos de que los transeúntes también sepan la realidad de las compañeras. En esas instancias nos hemos dado cuenta que es esencial que esa comunicación no se pierda. Para ellas tiene un impacto muy importante” asegura Myr Chávez.
“Ahora con el tema de la pandemia, que se sabe pero que ahora se agudiza, es que hay muchos temas que la institución o el Estado no se hace cargo. Hablamos de lo mínimo, como toallas higiénicas, jabón. Una institución que nunca fue pensada para mujeres entonces es súper complejo” cuenta Myr desde Pajarxentrepuas,
La agrupación lleva meses trabajando para hacer visible la demanda del votopresx. Con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer realizaron una instancia especial. Presentaron a las 19:30 un musical creado en la Cárcel de mujeres de Valparaíso, con Pajaras CPF y Mon Laferte.
La ayuda feminista
Durante la crisis del coronavirus habían múltiples causas que apoyar, sin embargo este grupo de mujeres ha sido históricamente excluido y es invisible para muchos y muchas, por lo que sus necesidades básicas se han vuelto cada vez más urgentes.
Debido a que desde abril el acceso a las cárceles ha estado restringido, dejando a miles de mujeres sin artículos básicos de aseo, organizaciones como Red de Acción Carcelaria están realizando colectas. Primero apoyando regiones del sur de Chile y este mes estarán ayudando a mujeres de Coquimbo.
“Nosotras estamos felices de ayudar y ellas super agradecidas de que podamos hacerles llegar estos kits pero también esa sensación detrás de un poco de rabia, de que esto es una injusticia que no tendría que estar peleando la sociedad civil” dice Antonella Oberti, abogada de esta agrupación.
Ya han colaborado con 1.003 mujeres privadas de libertad, a través de la entrega de kits de higiene. Cada kit contiene artículos básicos de aseo, como jabón, toallas higiénicas, papel higiénico, cepillo y pasta de dientes, desodorante, champú y acondicionador.
La abogada cuenta que las mujeres se muestran muy agradecidas, pero está la consciencia de que esto no corresponde. “En el fondo este tipo de acceso lo debería garantizar el Estado mediante Gendarmería. No puede ser que las internas tengan que depender de organizaciones para tener acceso a toallas higiénicas, a confort o cepillos de dientes. Es el Estado el que debería garantizar ese acceso” dice Antonella.
“En ese sentido, aquí hay un incumplimiento a múltiples tratados internacionales a los que Chile está suscrito que dicen que el Estado tiene que asegurar el acceso a cosas básicas así como atención ginecológica y en particular a mujeres que están embarazadas antes, durante y después del parto” agrega la abogada de Red de Acción Carcelaria.
Reportaje en Revista Bravas