Una encuesta realizada en abril de este año por la compañía de inteligencia de datos Morning Consult, reveló que las mujeres se están encargando, de manera desproporcionada en comparación a sus cónyuges, de la educación de los niños en el hogar. Y es que este es uno de los nuevos desafíos para los padres durante la pandemia. El 50% de los papás que tenían hijos menores a los 12 años señaló pasar más tiempo que sus esposas haciendo las tareas escolares junto a ellos, pero sólo el 3% de las mamás estuvieron de acuerdo con esa respuesta. Cuando se les preguntó a ellas, el 80% afirmó pasar más tiempo que sus parejas masculinas en esta labor.

A su vez, el 70% de las mujeres dijo estar a cargo de las labores domésticas y el 66% informó estar totalmente a cargo del cuidado de los hijos, cifras similares a las que existían previo a la pandemia. Nuevamente hubo una diferencia en las opiniones de los hombres: Alrededor del 20% de los padres dijo estar a cargo de las tareas del hogar durante estos meses de pandemia, pero solo el 2% de las mujeres estuvo de acuerdo con esa afirmación.
Padres y madres se han visto obligados a tener que realizar más tareas domésticas de lo común durante los meses del aislamiento, pero los resultados de esta encuesta –así como todas las que se han realizado en estos últimos meses– dan cuenta de que la repartición no ha sido equitativa y se ha evidenciado que las mujeres son las que se han hecho cargo de los trabajos del hogar y de cuidado. Pero quizás más que eso, lo que plantea la encuesta es la diferencia en cómo se percibe esta carga. Según se explica, aunque no sea del todo posible determinar cuál de las dos percepciones es la más acertada, años de investigaciones anteriores han demostrado de manera consistente que los hombres sobreestiman la cantidad de trabajo que hacen y que las mujeres hacen, efectivamente, más que ellos.
Carolina Carrera, psicóloga de Corporación Humanas, explica que esta diferencia en la percepción que tienen hombres y mujeres respecto a cuánto aportan en las tareas del hogar y de cuidado se debe principalmente a que los hombres no han sido socializados para ver el trabajo doméstico en su totalidad y por eso creen que aportando o ayudando, es mucho lo que están haciendo. “El hombre siente que ayuda, no concibe que es igual de responsable que su pareja en esto”, explica. “Y en ese sentido, tampoco valoran lo que hace la pareja femenina. Uno podría esperar que en tiempos de pandemia hubiese mayor conciencia porque al estar todo el día en casa ya no es posible evadir la cantidad de labores que asume de manera natural la mujer; desde cocinar o pensar en qué cocinar hasta cambiar las sábanas y tomar decisiones respecto a cuándo hay que poner a lavar la ropa y secarla. Pero los últimos estudios demuestran lo contrario”.
Y es que según la última encuesta realizada por la Mutual de Seguridad en conjunto con Cadem, si bien la mitad de los encuestados –hombres y mujeres– siente que trabaja más desde la casa, un 42% de las mujeres dijo que el teletrabajo se les hacía más difícil que trabajar fuera de la casa, versus un 32% de los hombres. Las razones presentadas fueron principalmente la dificultad en compatibilizar el teletrabajo con las tareas domésticas y de cuidado. En cuanto al cuidado de los hijos, un 67% de las mujeres declaró hacer esto a la par del teletrabajo, mientras que solo un 47% de los hombres dijo lo mismo.
Según explica Carrera, para las mujeres salir a trabajar no es solo una necesidad económica, es también un espacio de socialización y un espacio que delimita el privado de lo público. “Puede haber mujeres que prefieran teletrabajar y eso es muy legítimo, pero no puede ser una imposición posterior a la pandemia porque se podría retroceder respecto a la corresponsabilidad y todas las tareas de cuidado podrían recaer, más de lo que ya recaen, únicamente en las mujeres. Salir a trabajar marca ese límite”, explica.
Cifras recolectadas por ComunidadMujer previo a la pandemia, muestran que en las parejas heterosexuales adultas –de entre 24 a 59 años– que cohabitan y en las que ambos cuentan con un trabajo remunerado, las mujeres destinan en promedio 6,6 horas al día al trabajo doméstico y de cuidado versus 3,2 horas en el caso de los hombres. Es decir, las mujeres hacen el doble del trabajo no remunerado en la casa, incluso cuando además tienen un trabajo fuera de ella.