La crisis sanitaria ocasionada por el rápido avance del COVID-19 en el mundo, y el desafío que ello implica para nuestro país, ha puesto sobre la mesa un debate urgente sobre la necesidad de construir políticas públicas orientadas a visibilizar, reconocer y valorizar las tareas de cuidado históricamente feminizadas.
El COVID-19 no sólo evidencia la crisis de un modelo económico -el mundo no puede seguir produciendo al ritmo y de la manera que lo ha hecho hasta ahora- sino que además, la necesidad de aislamiento social preventivo dispuesta por el Gobierno Nacional coloca al hogar o unidad doméstica (casa, barrio o comunidad) en el centro de la escena. Esta coyuntura instala como interrogante: ¿quiénes sostienen y cómo los espacios que habitamos en esta nueva normalidad que denominamos cuarentena?
Se trata de roles y jerarquías de género donde las mujeres e identidades feminizadas concentran la mayor proporción de tareas y responsabilidades, mal llamadas “tareas domésticas”, que en realidad consisten en trabajo productivo no remunerado.
Desde el Observatorio de Géneros y Políticas Públicas sistematizamos una serie de datos que permiten profundizar el análisis sobre esta situación. Entendemos que estamos de cara a ejes centrales que deben ser tenidos en cuenta en un abordaje integral que, desde las políticas públicas, se oriente a contrarrestar los efectos de la pandemia.
Presentaremos la información estadística disponible desde una perspectiva interseccional, que permita mostrar los contrastes según género, edad, nivel de ingresos y lugar de residencia.