En el actual contexto, tanto la necesidad de permanecer en las casas para prevenir la infección por COVID-19 como la pérdida de empleos e ingresos, expone a mujeres y niñas a un mayor riesgo de violencia sexual, física, psicológica, económica e incluso de femicidio.
Muchas mujeres se encuentran confinadas junto a sus agresores, apartadas de sus redes y contactos habituales y en condiciones de estrés. Además, en caso de requerir ayuda, las restricciones con que funcionan las instituciones como establecimientos de salud, centros de atención, policías, fiscales y tribunales de justicia, imponen una barrera adicional a su protección
Puedes acceder al documento Orientaciones ante casos de violencia contra mujeres y niña. Entre todas nos cuidamos: #CuarentenaEnRed