“Deseo que nunca más otra mujer tenga que pasar por lo que yo viví”
El año 2013 está tristemente marcado en la memoria de Nadia Pinto (46). La mujer que estuvo vinculada por casi 10 años a Carabineros, fue víctima de una situación de acoso sexual y que terminó con ella fuera de la institución y experimentando uno de los peores momentos de su vida.
Los hechos ocurrieron en la Prefectura de Fuerzas Especiales y el acosador fue el entonces suboficial mayor Antonio Sánchez Jara, quien tras las investigaciones fue dado de baja, aunque fue reincorporado a los meses después debido a la petición de un general. Propuestas sexuales, tocaciones, amenazas y maltrato psicológico, fueron parte de las agresiones que soportó la ex funcionaria.
“Estaba desesperada e incluso llegué a pensar en suicidarme porque no sabía qué hacer. Era una situación muy vergonzosa y no me atrevía a decírselo a nadie”, recuerda la víctima que realizó la denuncia en la institución en octubre del 2013 y en diciembre del siguiente año se hizo público su testimonio en el reportaje “Acosadores con uniforme”, del programa Informe Especial de TVN.
De todas formas, y a más de tres años de la lamentable situación, Nadia Pinto es enfática en remarcar que valió la pena sacar la voz: “Quedé sin trabajo, fui juzgada, humillada, menoscabada en mi condición de mujer, pero hoy en día me siento fuerte de poder haber hecho la denuncia y no haber caído en el juego de ellos”, comenta.
Para ella, la razón de estas acciones de violencia de género tienen una explicación clara y se fundamenta en que Carabineros de Chile es una institución machista y que no considera igualitario el valor que tiene el hombre y la mujer.
Comenta que “adentro (de la institución) se menoscaba mucho a la mujer porque al hombre lo ven todoterreno y a una más delicada. Que ellos si sirven y uno no, como que estamos más abajo. Cuando ocurren esta situaciones, ellos cortan por el hilo más delgado; nosotras somos un problema y nos sacan. Ellos se quedan”.
Por lo mismo, considera indispensable que al interior de la institución existan espacios donde se resalte el aporte y el valor femenino, además de dar cuenta de que hechos como el que vivió no se vuelvan a repetir nunca más.
Salida de la institución y el llamado a denunciar
Luego de aparecer en el programa televisivo, fue notificada a los días después que su contrato terminaba y no sería renovado, pese a que según explica siempre estuvo incluida en lista de méritos y nunca recibió una amonestación o fue sancionada. “No había nada que pudiese jugar en mi contra con respecto al desempeño. Si yo hacía mi trabajo bien no entiendo por qué me echaron”, rememora.
Para Nadia Pinto haber recibido el adecuado apoyo psicológico, que hayan solidarizado con su situación y que la mantuvieran con trabajo, deberían haber sido las medidas de protección que necesitaba en los momentos complicados. El traslado suyo o del acosador era también una opción, la que lamentablemente se demoró en llegar. La 30ª Comisaría de Radiopatrullas fue su nuevo lugar de funciones, pero a los meses comenzó a sentir las persecuciones y cayó enferma producto del hostigamiento.
Su sentimiento por la institución hoy es de “desilusión y mucha tristeza”, lo que la motiva aún más a realizar un fuerte llamado a aquellas funcionarias que deben vivir situaciones de acoso o algún tipo de violencia de género al interior de Carabineros.
“Pasé por algo muy doloroso y deseo que nunca más otra mujer tenga que pasar por lo que yo viví. De alguna manera siempre he seguido adelante y no he bajado mis brazos porque quiero que esto les sirva a muchas. Aunque el costo es muy alto, deben ver la forma de denunciar y pedir ayudar, pero que no caigan en las manos de los desgraciados”, enfatiza Nadia Pinto.
Sin embargo, reconoce que el miedo a perder el trabajo y que les hagan la vida imposible al interior de la institución, son los principales factores por los cuales las funcionarias no se atreven a hacer públicos el acoso sexual.
Un presente que aún sigue ligado al pasado
Desde que fue desvinculada de Carabineros, Nadia Pinto tuvo que iniciar un proceso de apoyo psicológico que se extiende hasta la actualidad y que incluso fue difícil de mantener en su momento por la situación económica que se enfrentaba al no tener ingresos. A pesar de aquello, esos malos momentos parecen ir quedando atrás y el apoyo recibido por su familia y cercanos la han ayudado a levantarse y comenzar de a poco una vida nueva.
Hace hincapié en que “me siento feliz de haber podido denunciar, independiente del costo, que fue muy alto. Me siento una mujer guerrera que pese a todo he podido salir adelante con apoyo de muchas personas. Quizás sola no lo hubiese logrado pero hoy me siento integra y digna”.
De todas formas, confiesa que la situación que vivió y la influencia del acusado le siguen pesando y hasta el día de hoy se siente perseguida: “Buscando trabajo también se cierran las puertas. Me han dicho que les dan pésimas recomendaciones mías desde Carabineros. Me siguen persiguiendo y es demasiada la injusticia que he tenido por denunciar algo que uno no está de acuerdo hacer”, finaliza.
Fuente: Observatorio genero y equidad