A tres días de la aprobación de la paridad de género y a uno del Día Internacional de la Mujer, la abogada y directora de Corporación Humanas, Lorena Fries, habla de por qué el movimiento feminista es precursor del levantamiento social; de las transformaciones que se buscan en esta cuarta ola de feminismo; y de la importancia de que el órgano que redacte la nueva Constitución esté compuesto equitativamente por hombres y mujeres. Un logro atribuible al movimiento feminista, según explica, que marca un precedente para que de aquí en adelante se puedan repensar las lógicas de poder.
¿Qué rol cumple el feminismo en el movimiento social?
La lógica patriarcal representa el primer sistema de dominación en la historia de la humanidad. Es la lógica imperante que ha condicionado todos los órdenes sociales que establecieron sistemas jerárquicos y asimétricos. Por lo mismo, como el feminismo plantea desjerarquizar las relaciones de género, y eso se puede aplicar a todas las demás relaciones, es el punto de partida y precursor del estallido social. Nunca hay que aislar la causa; si cambia la vida de las mujeres, cambian los entornos y cambian las relaciones de poder. Si se logran desestabilizar las relaciones de poder, eso tiene un impacto en todos los sistemas de dominación. El feminismo evidencia esas relaciones asimétricas que finalmente se concretan en violencia y, por ende, es la vanguardia de la posibilidad para que estos temas tengan un espacio en la agenda pública. No es que el feminismo se sume a otras demandas, es que las demandas sociales se hacen parte de ese feminismo porque en todas, las más perjudicadas son las mujeres: pensiones, brecha salarial, discriminación en términos de soberanía del cuerpo, trabajo –las mujeres siguen accediendo a carreras feminizadas que a su vez son menos valoradas en el mercado–, violencia y educación.
En esta ola feminista se habla del concepto de interseccionalidad. ¿Cómo lo definirías y cuál es su importancia?
La interseccionalidad considera a la mujer en su totalidad. Como mujer, pero también en sus otras categorías sociales construidas. Básicamente es una perspectiva que permite dar cuenta de la diversidad de mujeres y las jerarquías que se nos impone. Durante mucho tiempo, cuando se hablaba de “mujeres”, el imaginario parecía tomar en cuenta solamente a la mujer blanca. La interseccionalidad permite mostrar que no hay solo una identidad en la sociedad, sino que muchas; somos mujeres, pero también indígenas, madres, personas discapacitadas, pobres, trabajadoras o niñas. Todas esas son identidades que agravan la situación de discriminación.
¿Qué nos garantiza el hecho de que se haya aprobado la paridad?
Que nuestras voces van a ser parte del debate constituyente. Cierto es que no todas las que lleguen paritariamente serán feministas. Pero también es cierto que la experiencia de discriminación se vive más allá de que uno sea o no feminista. Se vive por ser mujer. Finalmente, lo que ha hecho el movimiento feminista y las mujeres de este país es plantear que ya no se puede pensar en una sociedad sin las voces de las mujeres. Eso es la paridad: la inclusión de nuestras experiencias en los procesos de toma de decisión.
¿Qué transformación busca el feminismo?
A mí me gusta decir que el feminismo es una de las revoluciones pendientes. Todas las otras murieron y esta sigue existiendo, entre otras cosas, porque se ha tomado la democracia para hacer sus avances. Lo que se busca actualmente es una transformación radical de la sociedad en un contexto de democratización permanente. Esa transformación afecta todas las dimensiones de la vida, pero fundamentalmente la división sexual del trabajo y la separación que hace que sigamos siendo las responsables del trabajo doméstico, la reproducción y la crianza. Porque sobre eso se sostiene la economía; con nuestro trabajo le damos la libertad a los hombres para actuar en la vía pública. Paralelamente, en particular ahora, lo que se busca es una distribución equitativa del poder, que signifique fundamentalmente volver a la idea de que todas y todos somos seres humanos y tenemos los mismos derechos.
¿Cuál es el llamado para este domingo?
A participar masivamente. El logro que tuvimos en la aprobación de la paridad se va sostener, como todos los logros, si es que estamos presentes. Desde luego esta es una marcha que está llamada a ser pacífica, porque queremos que así sea para poder mostrar el poder constituyente feminista. En esta manifestación confluyen muchos sentimientos; hay razones para festejar, pero también para gritar por las injusticias que han vivido las mujeres durante siglos. También hay que homenajear a las que nos antecedieron y las que van a venir.
Publicado en Revista Paula