El 14 de marzo se anunció que el Ministerio de la Mujer y la Equidad de género –conformado como ministerio recién en 2015– integraría el Comité Político en el gobierno de Gabriel Boric.
El acto, decisor y sin precedentes –nunca antes en la historia había sido parte de dicho Comité, usualmente conformado por la Secretaría General de la Presidencia, la Secretaría General de Gobierno, el Ministerio de Hacienda, el Ministerio de Desarrollo Social y Familia y el Ministerio del Interior y Seguridad Pública– pasó a ser de los primeros que le dan una bajada concreta y material al discurso feminista ya característico del mandatario. Y es que ahora, como explican las y los especialistas, se abre una oportunidad; las políticas que buscan la igualdad de derechos para mujeres y disidencias sexuales tendrán prioridad. Y más que eso, serán vistas como parte de un todo integral, teniendo la posibilidad de permear en los distintos ministerios y dimensiones políticas, de manera articulada y no como si se tratara de políticas sectoriales que le corresponden a una determinada cartera o segmento de la población.
Como explica la Doctora en Ciencia Política y jefa de carrera en la Universidad de Chile, Claudia Heiss, que el Ministerio de la Mujer entre al Comité Político contribuye a que el enfoque de género sea transversal a todas las acciones políticas y a que se convierta en un eje central del gobierno. “Si la perspectiva de género no se aplica igualmente a salud, educación, vivienda y al ejercicio del poder político general, termina siendo algo sectorial y circunscrito, más bien testimonial. Y eso no permite un avance en la agenda de género”, explica la especialista.
Así ha ocurrido en el pasado, profundiza, y por eso este acto, luego de un mayo feminista y un posterior estallido social, es de suma relevancia; porque marca la pauta y pone el énfasis en la legitimación y mayor validez de las acciones articuladas en pos de la igualdad de género. Ahora todas las ramas del Estado tendrán que estar alineadas en eso. ¿Qué significa entonces que el Ministerio de la Mujer integre el Comité Político?
En Chile, el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género es de los más recientes. Su creación a nivel institucional se remonta a 1991, año en que adquirió rango ministerial bajo el nombre de Servicio Nacional de la Mujer (hoy día SERNAMEG). No fue hasta 2015, en el segundo gobierno de Michelle Bachelet, que se fundó como Ministerio y que el SERNAMEG pasó a ser una institución dependiente de tal. Como explica la abogada de Corporación Humanas, Camila Maturana Kesten, adquirir la categoría de ministerio en 2015 fue un gran avance, pero que desde el 2022 se entienda que además debe integrar el Comité Político es realmente histórico. “Esto pone al más alto nivel la discusión de las políticas sobre la igualdad de género en la definición gubernamental, y esa es una situación inédita que no conocemos. Por lo mismo, estamos expectantes frente al alcance que podría tener”, explica. “Que los temas de género dejen de entenderse como algo secundario y pasen a ser centrales en la definición política de un país tiene grandes repercusiones; eso significa que si hablamos de la violencia de género, no lo ve solo el Ministerio de la Mujer, sino que se discute a la par con la discusión de las políticas de seguridad del Ministerio del Interior”.
Y es que el Comité Político es una instancia de coordinación estratégica que busca, a través de la congregación de ciertos ministerios, determinar el foco de la toma de decisiones del gobierno en cuestión. Es el núcleo que marca la impronta de esa gestión, y por eso, que el Ministerio de la Mujer forme parte del comité es tan relevante. Como explica la Doctora en Ciencia Política y miembro de la Red de Politólogas, Carolina Guerrero, esto significa que el gobierno le va a dar una mirada feminista a su programa general pero también que cada ministerio va a considerar a las mujeres y a las disidencias dentro de sus políticas.
El Comité Político, en otras palabras, da cuenta del énfasis direccional, y eso nunca es del todo neutro. Estar ahí tiene en este caso una doble función, explica Guerrero; por un lado institucionalizar y legitimar la participación de la mujer en la política, para que tengamos –finalmente– una representación simbólica y sustantiva en la toma de decisiones. Y por otro, transversalizar la perspectiva de género a todas las áreas gubernamentales.
A eso, la académica de la Universidad Católica y miembro de la Red de Politólogas, Julieta Suárez-Cao, le agrega que todos los ámbitos del Estado tienen un sesgo que favorece a los hombres; “Son instituciones que fueron originadas, interpretadas y dominadas por ellos. Es importante que ahora podamos verlas con lentes de género para desarmar esos sesgos que vienen por diseño”, reflexiona. “En ese sentido – continúa– es necesario tener enfoque de género en salud, educación, hacienda, vivienda y trabajo, y estar en el Comité permite eso en una sociedad en la que ese enfoque ha sido tardío. Para lograr que sea realmente transversal a todas las políticas públicas se requiere de voluntad política, de entramado institucional, pero también de una sociedad civil que esté presente y sea capaz de monitorear la acción del Estado”.