Por Nicolás Fajardo
Anita Quiroga militó por más de 30 años en la Democracia Cristiana (DC) hasta que las profundas diferencias con su partido en ciertos temas la llevaron el 2015 a dar un paso al costado. La decisión fue dolorosa pero necesaria. La conversó solo con su círculo familiar más cercano, entendiendo que se hacía urgente dar ciertas señales que permitieran que las cosas se removieran. “No son medidas que una decide de la noche a la mañana. Tenía hace rato algunos dolores de guata con algunas actuaciones del partido”, explica la ex concejala por Copiapó (2004-2007) y quien ocupara el cargo de Vicepresidenta de la Mujer de la DC por más de un año.
El episodio que terminó por determinar su renuncia fue “la manera en que se desconoció lo que se había suscrito en un programa de Gobierno, en el que se validó la despenalización del aborto en tres causales”. Quiroga, defensora del actual proyecto que se discute en el Senado, argumenta que para muchos militantes de la Democracia Cristiana haber permitido que se discutiera el tema fue una traición a los principios humanistas cristianos. Por ende, desde este escenario, la cirujana dentista explica la persistente negativa de algunos por rechazar el proyecto.
Penalización del aborto en Chile
El tema del aborto no es lejano para Anita Quiroga debido a que ahondó en él por la experiencia de un familiar querido. “Mi abuela era una mujer pobre y la primera vez que escuché hablar de aborto fue por ella. Me dijo que se había realizado cinco abortos cuando era joven porque no tenía plata para seguir manteniendo a sus hijos”, rememora con emoción evidente.
Explica que esos relatos le hicieron cambiar la forma en cómo pensaba sobre aborto. Entendiendo lo doloroso de la situación, se convenció que hay que ponerse en el lugar de la mujer afectada, la misma que por no tener condiciones económicas para mantener a sus hijos, debía tomar una difícil decisión que ponía en riesgo su vida.
Al igual que su abuela, hay muchas mujeres que se siguen haciendo abortos en condiciones inseguras. “Acá hay cosas que se cruzan, pero desde mi percepción personal hay que abrir la discusión de aborto en Chile, más allá de las tres causales”. Para Anita Quiroga las creencias personales no se deben anteponer a la idea de rechazar el debate. El ideal es que se logre identificar lo que beneficia a la mayoría de las mujeres, sin necesidad de cargar la convicción personal legítima que cada una tiene.
Para la ex militante DC la penalización del aborto en Chile es “una sanción excesiva, injusta, discriminatoria y clasista”, recordando que este fue el último acto legislativo de la dictadura militar. Se trata además de desconocer una realidad que existe y que quienes lo practican en condiciones sanitarias son aquellas mujeres que pueden pagarlo. “No nos engañemos, sabemos que existen clínicas donde se practican abortos. No solo en Santiago, sino que en todo el país. Sabes que hay médicos que lo hacen y lo justifican de otra manera, por lo tanto me parece injusto que sean las mujeres pobres las que se arriesgan”, explica Quiroga.
En este sentido hace énfasis en que este proyecto despenaliza una decisión que es personal y que, en caso de aprobarse la ley, no obliga a que una mujer con un embarazo inviable aborte, sino que permite que la que quiera legítimamente interrumpirlo no sea castigada y victimizada. “El terminar con cosas que discriminan o que castigan exclusivamente a la mujer en situaciones que tienen que ver con la pareja, familia o la sociedad, es una deuda del Estado. El aborto también es un tema de equidad considerando que las mujeres más pobres son las más criminalizadas”, agrega.
Causal por violación y el silencio de la violencia sexual
Para la ex militante de la Democracia Cristiana la causal por violación es una oportunidad para perfeccionar la ley en el futuro y que lo importante ahora es su aprobación, aquella que permitirá resolver situaciones muy dolorosas. “Esto no quita que el día de mañana, en una sociedad más madura y con un Parlamento diferente, se pueda cambiar. Todos los proyectos son perfectibles”, refiriéndose a la controversia que genera el debate en materia de violencia sexual y aborto, la misma que terminó reduciendo los plazos para que una mujer menor de 14 años pueda acceder al aborto: de 14 a 12 semanas de gestación. “La violación tiene que ver mucho con los espacios de silencio y que cruzan a la violencia de género. La tasa de embarazos en menores de 14 años está aumentando y si miras además el riesgo para una niña de 11 años, que no está preparada para ser madre, el riesgo que le ocasiona un embarazo no deseado no solo tiene que ver con lo físico sino que también lo mental”.
Para Anita Quiroga no todo es blanco y negro, argumentando que ello se evidencia en el proyecto y en los mecanismos que buscan generar condiciones de apoyo por parte del Estado para aquellas mujeres que desean mantener un embarazo en condiciones complejas.
El lobby de Soledad Alvear
La ex ministra del Sernam, Justicia y Relaciones Exteriores ha sido una de las voces más contumaces y contrarias al proyecto de despenalización del aborto en tres causales. Su presencia en los medios de comunicación ha sido regular y desde ahí ha disparado su artillería basada en argumentos valóricos y religiosos. “Tengo un profundo respeto por ella, ha sido consecuente con aquello que cree. El tema es el espacio que se le da. Políticamente hablando puede tener el mismo nivel de representación que puede tener otra demócrata cristiana a la que no se le da el mismo lugar”, dice Quiroga.
Considerando que Soledad Alvear no ocupa un cargo en la estructura del partido, Anita Quiroga entiende que no es ella la persona indicada para referirse al proyecto. “Los espacios de influencia o lobby que hace desde el espectro de la amistad que tiene, la convierten en un stakeholder que tiene más influencia de la que uno espera”, precisa.
Dichos de Pablo Lorenzini
Recordadas son las desafortunadas declaraciones de Pablo Lorenzini diputado DC cuando, en febrero del 2015, comentó en una entrevista que “hay miles de casos de mujeres que tienen relaciones porque, a lo mejor, tomaron un traguito de más o estaban apenadas, o por las circunstancias que pasan en la vida, que el hombre es muy hábil y las convenció y ella no quería, en ese caso ¿es violación también?”. Anita Quiroga sintió y siente un rechazo por ellas. Espera que la sociedad en general fuese más abierta e inclusiva. “Parto del legítimo derecho de que las personas tienen que opinar sobre un tema y defenderlo con sus convicciones, pero desde la objetividad y no de la descalificación”.
Por lo mismo hace hincapié que cuando escuchó los comentarios de Lorenzini de inmediato manifestó su rechazo públicamente junto a la Subsecretaria de la Mujer y la Comisión Político Técnica de la Mujer del Partido Demócrata Cristiano. “Declaraciones de este tipo no sólo banalizan el dialogo social sobre la despenalización del aborto. También hacen evidente el machismo que impera en nuestra sociedad y que escala aún a nuestros propios parlamentarios. La violación es uno de los delitos más terribles contra las personas y no parece comprensible que se pretenda culpar a la víctima de tal aberración”, rezaba el comunicado.
Participación política actual
El escenario político actual la llevó a sumarse como colaboradora a Revolución Democrática, aunque por ahora está a gusto manteniendo esta figura y no militando. Para ella, Chile necesita cambios en la forma cómo se desarrollan las diferentes agrupaciones y esta plataforma política surge como una alternativa interesante. Bajo este contexto comenta que “personalmente me simpatiza mucho la idea del Frente Amplio, creo que efectivamente Chile necesita algo diferente a lo que tenemos. Como están, los partidos no dan cuenta de lo que la sociedad espera de ellos. Hay una forma muy agotada de hacer política”.
“Tenemos como país desafíos concretos en qué avanzar, las encuestas lo muestran. El ciclo está más que terminado, la transición finalizó y no es posible que sigamos defendiendo cosas indefendibles como la concentración de capital, las AFP y varias cosas más. El tema del Frente Amplio hace mucho sentido y ojalá las cosas fluyan adecuadamente”, agrega.
Anita Quiroga descarta volver a militar activamente o regresar a la Democracia Cristiana, aunque enfatiza que en su partido por casi 32 años hay valores y realidades destacables. “La DC de base es mucho más progresista y abierta a muchos temas de lo que la cúpula partidaria muestra a la gente. Entonces, hay algunos que son más de izquierda que los comunistas más comunistas. A esa gente, yo le entrego mi profundo respeto”, concluye.