En mayo de este año la comunidad virtual denominada The Female Activists, que busca generar consciencia respecto a la discriminación que viven las poblaciones ‘minoritarias’, las disidencias y las mujeres, compartió en sus redes una publicación que tituló: “Beginner’s Guide to Allyship” (Guía para principiantes sobre cómo ser un aliado). En ella precisaron que para ser aliados del feminismo, o de cualquier causa, lo más relevante es estar comprometidos, de manera permanente y a través de acciones cotidianas, con la lucha en contra de la opresión. ¿Pero de qué manera se refleja ese compromiso? “En la voluntad de educarse sobre diferentes identidades y experiencias; desafiando la propia incomodidad y prejuicios; y aprendiendo y poniendo en práctica –de manera constante– las habilidades que te hacen ser un aliado, tomando medidas concretas para generar un cambio interpersonal, social e institucional”, escribieron. “No significa que no van a haber errores. Ser aliado es un proceso continuo e implica preguntarle a las mujeres qué se puede hacer para ampliar y continuar ese trabajo planteado por ellas más que hablar por encima de tal”.

Publicado en Revista Paula